Un juicio rápido es un procedimiento regulado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal que tiene como finalidad acelerar el proceso judicial, siempre y cuando se den una serie de requisitos concretos y específicos.
Para que se pueda tramitar un procedimiento a través de juicio rápido es necesario que dicho procedimiento haya dado comienzo con un atestado policial y siempre que se haya realizado la detención del presunto culpable y que el mismo sea puesto a disposición del Juzgado de Guardia o citado para comparecer frente al mismo en calidad de denunciado.
Puede ocurrir que un procedimiento se inicie a través de los trámites del procedimiento abreviado y después en sede judicial se considere que reúne los requisitos para su enjuiciamiento como rápido y se transforme.
En definitiva, se tramitarán por los cauces del juicio rápido todos los procedimientos que cumplan con los requisitos que exige la ley además de aquellos procedimientos que tengan un objeto de fácil investigación.