Infracción de normas tributarias, defraudación tributaria, omisión del deber de declarar, elusión de pagos, obtención indebida de devoluciones, disfrute ilícito de beneficios fiscales, actos o negocios simulados, responsabilidad de las personas jurídicas, economía de opción, regularizaciones, prescripción del delito fiscal, contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, fraude de subvenciones y contables…
Cada vez más situaciones tributarias pasan de la agencia tributaria a fiscalía acarreando unas posibles consecuencias bastante graves. El cobro ilícito de subvenciones, el delito contable, la elusión del pago de impuestos o la obtención indebida de devoluciones son algunos de los delitos fiscales que las empresas a día de hoy cometen.